tal vez su luz que vuelve y vuelve sea la última certeza que me queda



dissabte, 17 de gener del 2009

A mares


Qué frío hace hoy en el mundo.

Se me cae encima a trozos, trozos de mundo y desprendimientos en mí (otra vez no, otra vez no, por favor, no) y llego al momento tan resbaladizo de darte cuenta de que no tiene sentido seguir así y sin embargo, no me atrevo a soltarme, no me atrevo a soltarme porque no quiero caer.

Y luego me voy y me van cargando las espaldas y soy fuerte (sé que soy fuerte, tengo que saber que soy fuerte, tengo que creer que soy fuerte) pero a veces me arrolla tanta oscuridad y me gustaría de verdad dejarme llevar por el viento (me encantaría gritar que NO entre la lluvia) y hola y adiós, rebelión, movimiento pero no, el otro no, no va a poder ser.

Y aun y así sigo aquí, sigo siendo yo, la misma que habla de sueños y de luz y que sabe sonreír y fluir y amar, aquí estoy, en medio de tanto horror y tanta felicidad, y soy feliz, de vez en cuando soy feliz (cuando brilla el sol, cuando me sonríen, cuando te recompensan, ya sabéis) y no me he olvidado de soltar carcajadas de esas que cortan el aire, sé que de vez en cuando soy feliz.


Así estoy, entre dos aguas, medio aquí medio allí, zarandeada por las olas de un mar que no es el mío (y me empiezo a preguntar si de verdad hay un mar que sea mío).