tal vez su luz que vuelve y vuelve sea la última certeza que me queda



dilluns, 23 d’agost del 2010

la otra cara de Casiopea

Deja de comportarte ya como si me estuvieras esperando. No me creo tu cara de niña buena, porque ni a tu intento de 21 años malgastados me pareces peligrosa cuando te da por morderme. El peligro soy yo, para mí. Para ti también? Es hora de mirarse al espejo y recorrerse los rasgos, que a mí ya no me da miedo reconocer ciertas cosas que también te incumben a ti. Que si digo "te quiero" no es sólo cosa mía. Que sería capaz de subirme a un acantilado y gritar todo lo que me pidieras, que nos quiten lo bailao. Te esfuerzas mucho en mantenerte arriba, en guardar posiciones y tener siempre abierta la retaguardia por si necesitas fugarte, venga ya, a mí no me escondes ciertas cosas, como yo tampoco (por ejemplo que me hago la dura ahora pero delante tuyo los quince me inundan y querría darte el mundo en bandeja, si mi mundo te sirviera).

Reivindico mi derecho a pataleo. Si incluso se me ha pegado tu estilo entrecortado y belicoso, como si los lobos pudieran venir a asaltarte en cualquier momento, relájate joder y déjame cuidarte.

Dime, ¿qué se siente cuando te definías como víctima del mundo de corazón eternamente roto, y va y rompes tú un corazón?

dijous, 12 d’agost del 2010

En este pliegue del mundo ya no caben más verdades, más difícil que desnudarse aún es quedarse desnudo, ya no caben más "tequieros" más "yaestarde", más ventanas por las que escaparse si tapamos las ranuras.



O sí caben. Si cierras los ojos y aprietas fuerte.