Hoy me he levantado pensando que todo era mentira, todo es mentira, pienso que hoy todo es mentira y de pensarlo todo se convierte en mentira. llevo jersey y tengo frío en los pies, maldita sea este otoño que ya se me filtra entre los huesos.
Escribo todo seguido y ni siquiera sé qué demonios esoty diciendo, sólo sé que no, hoy no, hoy nada, por favor, y no intentéis convencerme de lo contrario porque no estoy dispuesta creeros porque hay nubes muchas nubes y quiero correr hasta al mar, y cuando llegue a la orilla no dejar de correr, y hundirme, mojarme, llenarme del silencio del mar, ahogarme, da igual, sólo huir, huir de este aquí que no sé dónde está pero que parece que llevo conmigo.
No quiero irme porque allí no voy poder hacer malabares por las calles ni entrar en una tienda y hablar ni oler el mar ni comerme el mar ni nada, pues nada, hoy nada, no voy a conocer acordeonistas que toquen al ritmo de mis lanzamientos ni va ha haber un niño pequeño que me dé un beso porque le he dejado la pelota azul.
Las palabras se raspan de tan rápido que las quiero decir porque tengo miedo, un miedo enorme que no sé de dónde viene, pero es inmenso y negro tengo miedo de no saber decir nada, nada de lo que tengo dentro, de todo lo que llevo dentro, que no son palabras ni imágenes ni música, no sé.
Son las 22:58, que hora más estúpida, por qué nada se mueve? por qué todo sigue igual? quién va a dame el aliento de vida para cambiarlo todo, cambiar el mundo, necesito cambiar el mundo porque ya no sé en qué creer, ya no tengo nada en qué creer, pues nada, hoy nada.
Las calles dejarán de ser espectáculo, espectáculo, y no voy a ir andando por piedras con un vestido de playa ni voy a contar estrellas ni sabré reconocer si sopla tramontana o qué, pues hoy nada.
Llevo el mar enredado entre el pelo, entre los dedos, pero quién está ahí para descubrirlo, quién. Por favor, di algo, di algo ya que el tiempo pasa y no sé qué escribir, parece que nada es hoy y que hoy es nada.
Es que tengo ganas de saltar y mover los brazos sin sentido, sólo estar ahí y que la gente deje de atravesame con su mirada, es que tengo ganas de viajar muy lejos y respirar otro aire, es que tengo ganas de cerrar los ojos y transformarme en cualquier cosa, y ya me diréis por qué demonios estoy así si no hay ninguna razón para estarlo.
Son las 23:05 y en estos siete minutos no he parado de rascarme el yeso del corazón con la uña, haciendo ese sonido tan desagradable, sí, el que te produce un escalofrío y basta.
