Me preguntan. Me preguntan mucho. Yo intento responder sinceramente, pero la respuesta verdadera, la correcta, la que de verdad siento, es muy complicada para algunos. Nunca nada en mí fue sencillo. La respuesta correcta no se resume en un "sí" o un "no". En absoluto. pero para que la gente entienda a veces debo utilizar las etiquetas que la sociedad eligió para mí. O las etiquetas de la sociedad que yo elegí. Es difícil de explicar. Sólo los que me conocen bien, los que lo viven y los que son capaces de intuirlo pueden entenderlo. En mi mundo, en nuestro mundo, estoy llevando a cabo una campaña de abolición de etiquetas y prejuicios. No es fácil (y lo sabía desde el principio). No, no es fácil pero es necesario. Necesario si quiero vivir feliz.
Pero hay gente muy corta. Gente muy corta, muy gris o simplemente gente a quien no le interesa en absoluto lo que realmente siento. Esta gente necesita una respuesta clara. Necesitan una etiqueta porque si no se pierden. Y en esos momentos sé que estoy muy por encima de ellos. Yo he aprendido a no perderme. A guiarme por las estrellas que no tienen nombre.
Pero siempre me quedará un consuelo. El consuelo de que hay gente que no necesita que le diga "soy tal", "quiero de tal forma" o "tengo tal". Porque ellos también se han colgado una sola etiqueta: nunca llevaré más etiquetas.
(Nunca es una palabra tan inmensa que me da miedo. Al igual que siempre. Pero más miedo me dieron otras cosas y aquí estoy).
Pero hay gente muy corta. Gente muy corta, muy gris o simplemente gente a quien no le interesa en absoluto lo que realmente siento. Esta gente necesita una respuesta clara. Necesitan una etiqueta porque si no se pierden. Y en esos momentos sé que estoy muy por encima de ellos. Yo he aprendido a no perderme. A guiarme por las estrellas que no tienen nombre.
Pero siempre me quedará un consuelo. El consuelo de que hay gente que no necesita que le diga "soy tal", "quiero de tal forma" o "tengo tal". Porque ellos también se han colgado una sola etiqueta: nunca llevaré más etiquetas.
(Nunca es una palabra tan inmensa que me da miedo. Al igual que siempre. Pero más miedo me dieron otras cosas y aquí estoy).